A punto está de llegar la primavera

y la ciudad se viste con sonidos de trompetas,

salpicaduras de colores entre las túnicas negras

flores entre tallas de madera...

Corazones que laten a la espera

que llegue la imagen frente su acera...

Vírgenes, Cristos, San Juanes,

Manolas y Papones

al ritmo de la trompeta,

sones de tambores y las olvidadas horquetas...

Resuenan en las calles y los corazones que quedan...

Jóvenes ilusiones,

ancianas devociones a la luz de la vela,

dejan sus tentaciones...

Padre nuestros y Ave Marías

que tan sólo duran siete días...

De caras tapadas y miradas agachadas...

Lo más auténtico,

las torrijas y las limonadas

que se alargan cada temporada...

y no nos olvidemos de aquellas,

aquellas pisadas romanas...

OneBocas