Las lluvias de la mañana
adivinan la tarde callada,
no suenan tambores ni cornetas
ni se oyen ecos de saeta.

En las calles no hay flores
sino paraguas de colores,
los hermanos adentro lloran,
lágrimas del cielo que el suelo mojan.

La procesión mariana
en Santa Nonia quedo atrapada,
Angustias, Lágrimas y Soledad
dentro de la Iglesia en contrariedad.

Las niñas de María sollozan
y en sus manos las flores portan,
fue día de desilusión en el mundo papón.

Y ante la Pulcra Leonina, el reo recibe la absolución,
y los ferroviarios continúan con la procesión.

Escoltado por romanos el Cristo del Perdón
clamando al cielo, pidiendo la redención
de aquellos que la solicitan con devoción.

A la Condena sigue una banda burgalesa,
en parrilla el Crucificado apenas alzado
y detrás la Soledad de Fernández Amado.

Y en San Francisco el Real,
el Calvario cantado.

                                              De las Lágrimas al Perdón
                                              Begoña Fernández Merino