Este acto que da inicio en León al programa de actividades previsto para la Semana Santa, fue presentado por José Antonio Fresno, Secretario de la Junta Mayor, que estuvo acompañado por Mª Dolores Bernardo, Presidenta de la Junta Mayor y Hermana Mayor de la Sacramental y Penitencial Cofradía Nuestro Padre Jesús Sacramentado y María Santísima de la Piedad, Amparo de los Leones, Francisco Fernández, Alcalde de León, que tuvo el honor de presentar al pregonero, Monseñor Julián López, Obispo de León y Fernando Salguero, Abad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.

El acto contó con la intervención del Trío de Capilla Legio VII, formado por el fagot Antonio Prieto Rodríguez y los clarinetes Luis Fernando Calvo Prieto y Luis Cañón Alonso, y con la Coral Isidoriana que en la actualidad cuenta con dieciséis sopranos, trece tenores, trece contraltos y siete bajos, dirigidos por D. Teodomiro García Álvarez.

Durante el mismo, se recordó a Monseñor Antonio Villaplana Molina, fallecido hace poco más de un año y que fuera Obispo de León y pregonero de la Semana Santa en el año 2000.

D. Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla, nació en el año 1934 en Medina de Rioseco (Valladolid). Completo sus estudios de Teología en el Seminario Franciscano de Santiago de Compostela, fue ordenado sacerdote en 1960, ocupó el puesto de arzobispo en Tánger (Marruecos) entre los años 1973 y 1982, año en el que fue nombrado arzobispo de Sevilla, sede en la que alcanzó la edad de jubilación y de la que es arzobispo emérito desde el año 2009.

Monseñor Amigo, desde la perspectiva de un peregrino del Camino de Santiago (Isidoro, que llega de Cartagena y Sevilla, “San Isidoro”), mostró su gran conocimiento sobre las Cofradías y Hermandades leonesas.

Para Monseñor, “en Semana Santa los hechos que se relatan son siempre los mismos: el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La liturgia de la celebración, también se repite. Pero las representaciones exteriores, y lógico que así sea, expresan las vivencias que correspondan al modo de ser de cada pueblo. Por eso las formas de ‘decirlo’ en León son distintas, aunque los contenidos de la fe sean los mismos que en otras ciudades”.

En el transcurso de su pregón, Monseñor dedicó unas hermosas palabras a la ciudad de León, “En León se escucha con el silencio, se ve con los sentimientos, se toca con la mirada, se gusta y saborea con el recuerdo”.

Para finalizar su alocución, Monseñor Amigo nos cuenta que una vez asentado “San Isidoro” en tan santo lugar, le dice a su Cicerone, “tendré que añadir un nuevo capítulo al libro de las Etimologías. Pondré, en renglones únicos y en letras de oro, el nombre de una ciudad donde la Semana Santa es Catedral inmensa, llena de hermosa claridad y de mil colores vestida: es la luz del Verbo de Dios. Es la ciudad donde la Semana Santa realiza el milagro de hacer que el misterio inconmensurable de la Redención lo pueda entender y vivir el pueblo en la guarda de sus mejores tradiciones”.